Aguascalientes,
Ags. A 03 de Abril de 2013.
Diagnóstico temprano puede mejorar calidad de vida de niños
autistas: ISSEA
- Existen
diversos grados de autismo y generalmente los síntomas aparecen a los tres
años.
- Se
estima que aparecen entre 10 y 20 casos por cada 10 mil menores.
El Dr. Fernando Junior Felix
especialista de la Clínica de Paidopsiquiatría del Instituto de Servicios de
Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA) informó que el autismo es un
trastorno del neurodesarrollo y se caracteriza por un deterioro grave y
generalizado en la reciprocidad de la socialización, la alteración cualitativa
de la comunicación, y conductas repetitivas o inusuales.
“Cuando al bebé no le gusta que lo
abracen o que lo miren a los ojos, o cuando no responde al cariño o al ser
tocado, los padres tienen razón para preocuparse ya que esta falta de
receptividad puede estar acompañada de una incapacidad para comunicarse con
otros y de establecer relaciones sociales en cualquier situación”.
La prevalencia del autismo es de entre
diez y 20 casos por cada 10,000 menores y los signos clínicos suelen aparecer a
los 3 años. Este trastorno del comportamiento se presenta con diversas
intensidades y es altamente de origen genético por lo que el riesgo relativo de
tener un segundo hijo con este diagnóstico es 20-50 veces superior que en la
población general.
Junior Felix aseguró que los síntomas
pueden ser maleables cuando el tratamiento se inicia a principios de la
infancia, realizando una detección precoz y contando con un diagnóstico
acertado.
“Los padres que sospechan que su niño
puede ser autista, deben consultar con su médico de familia o pediatra para que
los refiera a un psiquiatra de niños y adolescentes, quien puede diagnosticar
con certeza el autismo, su nivel de severidad y determinar las medidas
educacionales apropiadas”.
El autismo es una enfermedad y los
niños autistas puede tener una incapacidad seria para toda la vida. Sin
embargo, con el tratamiento y adiestramiento adecuado, algunos niños autistas
pueden desarrollar ciertos aspectos de independencia en sus vidas.
En estos casos el especialista, además
de tratar al niño, puede ayudar a la familia a resolver el estrés que implica
para todos los miembros de la familia el vivir con un niño autista.
Puede apoyar a los hermanos a enfrentar
la situación y enseñarles a cómo manejarlo, además de ayudar a los padres a
resolver los problemas emocionales que surgen y orientarlos de manera que
puedan crear un ambiente favorable para el desarrollo y la enseñanza del niño.
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